La primera zona donde tuvieron lugar estos cambios fue el Creciente Fértil, la región que comprende Mesopotamia, el Zagros, el Tauro y el Levante Mediterráneo. Entre hace 12 000 y 9800 años antes de Cristo, los últimos cazadores-recolectores comenzaron a sedentarizarse, practicando una economía diversificada, en la que la recolección de cereales y leguminosas silvestres tenían una importancia creciente. Entre 9800 y 8500 años a. C., durante el Neolítico Precerámico A, los primeros grupos neolíticos comenzaron a vivir en poblados estables, cultivando cereales y leguminosas y gestionando los animales aún salvajes, en una fase previa a la domesticación de plantas y animales. En el Neolítico Precerámico B, entre 8500 y 7000 años a. C., surgieron los grandes poblados neolíticos de agricultores y ganaderos. Es al final de este periodo cuando se produce la expansión de las nuevas formas de vida neolíticas a Europa, Asia y África.
El yacimiento de Kharaysin se encuentra en la provincia de Zarqa, norte de Jordania, en el extremo meridional del Creciente Fértil. Se trata de un gran asentamiento de 25 ha, con cuatro niveles de ocupación, fechados entre 9000 y 7000 años a. C. Su excavación y estudio nos permite comprender los inicios de la agricultura y la ganadería, la invención de las casas y el surgimiento de los primeros poblados estables.
En la fase de ocupación más antigua, fechada en el Neolítico Precerámico A, en la primera mitad del 9.º milenio a. C., las cabañas eran aún ovales y se construían en fosas excavadas en el terreno, aunque ya se documentan innovaciones tales como la división del espacio interno o el uso de la cal para cubrir suelos y paredes, el más antiguo documentado hasta la fecha. En la segunda fase de ocupación, en la segunda mitad del 9.º milenio, en los inicios del Neolítico Precerámico B, las casas, aún semienterradas, son rectangulares con ángulos redondeados y se construyen una pegadas a las otras, compartiendo muros medianeros. Los suelos y paredes se cubren con cal y las casas presentan un hogar central, excavado en el suelo. En la tercera fase, en la primera mitad del 8.º milenio, las casas son plenamente rectangulares y se construyen sobre el terreno. Se organizan unas en paralelo a las otras, formando calles que se disponen en perpendicular a la pendiente. De este periodo data un suelo de cal pintado que ha sido extraído y restaurado y se encuentra expuesto en el Museo de Arqueología, en la Ciudadela de Amán. Encontramos también figuritas humanas en sílex y en terracota, lo que muestra el conocimiento de la cocción de la arcilla con anterioridad a la aparición de la cerámica. En la cuarta fase, a finales del 8.º milenio a. C., el poblado adquiere la máxima extensión, apareciendo grandes edificaciones que, por el momento, solo conocemos gracias a la prospección geofísica. Esta fase de máxima expansión precede al abandono del poblado, resultado de un enigmático colapso que también ha sido documentado en otros yacimientos del periodo.
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